29 dic 2009




Te podría escribir lo que le escribiría a cualquier hombre… pero no puedo


[también sabemos cómo jugar]


Esa poesía vana y estéril no me sirve contigo


No contigo


No cualquier poesía puede escribírsete


Debe ser exacta de acuerdo a nuestro lenguaje lateral y s
u
b
v
e
r
s
i
v
..tan subversiv o
como el olor a mandarinas..

28 dic 2009







Cuando la niña despertó, le dijo a su madre..

“Quiero ser poeta"

y su madre..

Salió a volar






6 dic 2009





EL AZUL ES UN COLOR LENTO.


Estaba absorta en mis pensamientos mirando hacia afuera de la ventana. Parada en la copa de un árbol. Susurraba palabras incoherentes, inconexas. Catarsis de un sol moreno.
El frío me calaba los huesos y la tinta de los árboles era movida por el viento. Me había dicho que no hay que tenerle miedo a las palabras. Menos a las propias. Hay que dejarlas salir de vez en cuando para ser como niños y arrancarles la música.
¿Sabías que el azul fue el último color en ser nombrado?Le dieron nombre a los árboles, a la hojarasca, a la luz y a la sangre.. de color azul son las cosas más vastas del mundo como el mar o el cielo, y aún así sus ojos lo creían etéreo, disperso, no tan terrenal como el verde, amarillo, o rojo.
Dejé ir mis propias madejas de pensamientos, que formaban tumultuosos ríos en las paredes. En el techo formaban figuras, más bien rostros. Todos aquellos recuerdos estaban brotando de la cal asfixiante. No podía borrar de mi mente ni a las personas ni a sus palabras…
¡Ah las palabras! Desde que llegó se han vuelto tan o más importantes que la propia existencia del mundo. Pero rara vez uso palabras para pensar, pienso en imágenes.
¿Alguna vez le dije que moriría si me quedaba ciega? Debí de haber especificado el tipo de ceguera. Uno aprende a mirar el mundo, las cosas no se pueden mirar igual dos veces. Al final de mi existencia habré mirado la misma grieta sin haber sabido nunca cómo se mira una grieta.
Todas las noches miro distraída las gotas que se estrellan en la ventana, congelándose mientras caen y se incrustan en el vidrio, tan frágiles que dan ganas de morderlas. He mirado demasiadas cosas.
Tal vez estar aquí tenga mi razón de ser o mi ser de razón. Sí, me deprime. Existe la patética insistencia de que mis ojos siguen vivos e intactos, por algo… sigo esperando ese día, aquí atrapada entre estas paredes llenas de ríos.

Es lo único que me mantiene táctil y pulsante. Veo salir la luz del sol, llenando de fuego aquellas volutas de agua. Ríos cálidos de fluorescencia matinal.

Me gusta mirar el mundo.